Testimonio de Laver en la crisis del coronavirus

“A nuestro día a día se ha empezado a añadir una parte más humana que es la de recibir llamadas de algunos clientes desesperados que intuyen, o saben, que no podrán recuperarse de ésta. Y a pesar de que no tenemos tiempo, nos paramos a escucharles porque, aunque no tengamos palabras de aliento para ellos, lo que sí tenemos es EMPATÍA algo tan repetido y necesario en estos días.”

Sin duda la crisis del coronavirus empieza a dar tregua, pero las heridas que ha ido dejando a su paso tardarán en cerrarse. Y los asesores se han convertido en esos confidentes que no sólo han de asesorar, sino que también deben empatizar y consolar.