Préstamos entre socio y sociedad: frecuentes… pero con alto riesgo fiscal

Los préstamos entre socios y sus propias sociedades son una práctica habitual en el entorno de las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, su aparente simplicidad puede esconder riesgos fiscales y mercantiles muy relevantes. De hecho, la Agencia Tributaria ha situado estas operaciones en su Plan de Control Tributario de 2025, lo que significa que serán objeto de mayor vigilancia.

¿Qué ocurre en la práctica?

En el día a día de muchas PYMES, es frecuente que se transfieran fondos entre la sociedad y sus socios sin un análisis previo riguroso. Entre los errores más comunes se encuentran:

• Uso de fondos sociales para gastos personales del socio, sin vinculación con la actividad empresarial.

• Ausencia de documentación formal, como contratos que respalden la entrega de dinero.

• Falta de aprobación en Junta General, cuando la operación debería haberse sometido a votación y acuerdo.

Este tipo de prácticas pueden ser objeto de revisión por parte de la Inspección, con consecuencias importantes: desde la recalificación de la operación como reparto encubierto de dividendos hasta la imposición de sanciones tributarias.

La jurisprudencia advierte: el riesgo es real

Recientes sentencias del Tribunal Supremo han confirmado el alcance del problema:

• STS 656/2025, de 28 de mayo: el préstamo fue considerado simulado al servir únicamente para disfrazar un reparto de dividendos no permitido legalmente.

• STS 382/2025, de 2 de abril: la Administración puede revisar operaciones prescritas si sus efectos se proyectan en ejercicios aún no prescritos, lo que extiende la responsabilidad más allá del plazo habitual de cuatro años.

Estas resoluciones refuerzan la necesidad de abordar estas operaciones con seriedad y previsión.

Claves para evitar errores: fiscalidad, documentación y control

Antes de realizar un préstamo entre socio y sociedad —en cualquiera de las dos direcciones— conviene seguir una hoja de ruta clara que garantice seguridad jurídica:

1. Documentación formal

El préstamo debe constar por escrito, con contrato firmado y fechado, dejando constancia clara de su existencia y condiciones.

2. Cláusulas esenciales

El contrato debe recoger elementos clave: tipo de interés, plazo de devolución, garantías, forma de amortización y demás condiciones acordadas, ajustadas a valores de mercado.

3. Aprobación por la Junta

En muchos casos, la operación debe ser aprobada expresamente por la Junta General de socios, sobre todo si el socio es administrador o existe conflicto de interés.

4. Evaluación del impacto tributario

Es necesario analizar las implicaciones fiscales en el IRPF del socio, en el Impuesto sobre Sociedades de la entidad y en el régimen de operaciones vinculadas (si aplica). Lo que se defina como un préstamo puede ser recalificado por Hacienda si no se ajusta a la realidad económica.

5. Preparación ante una posible inspección

Una buena defensa comienza con una correcta planificación: debe poder justificarse la operación desde un punto de vista económico y legal, con toda la documentación en orden.

Conclusión

Los préstamos entre socios y sociedades no son operaciones neutras ni inocuas. Mal gestionadas, pueden derivar en inspecciones, ajustes tributarios y conflictos entre socios. Por eso, es fundamental tratarlas con el mismo rigor que cualquier otra operación financiera de la empresa.

Una correcta planificación puede no solo evitar problemas, sino también optimizar la fiscalidad de ambas partes. Ante la duda, lo mejor es acudir a profesionales con experiencia en este tipo de operaciones.