En un mundo cada vez más conectado, donde trabajar desde cualquier lugar del planeta es una realidad, España se ha convertido en un destino atractivo para miles de nómadas digitales. Pero, ¿qué opciones reales tienen estos profesionales para residir y trabajar legalmente en nuestro país? Con la aprobación del nuevo Reglamento de Extranjería (modificado por el Real Decreto 629/2022, de 26 de julio, y actualizado en julio de 2024), el marco normativo ofrece vías más claras y eficientes para este perfil emergente.
En este artículo, analizamos qué autorizaciones pueden solicitar los digital nomads, cómo encajan en la Ley de Startups y qué ventajas ofrece el nuevo modelo.
¿Quién es un nómada digital?
Un nómada digital es una persona que trabaja de forma remota gracias a las tecnologías digitales, sin necesidad de una presencia física permanente en la sede de una empresa. Normalmente, se dedican a profesiones del ámbito tecnológico, creativo, financiero o educativo, como programadores, diseñadores gráficos, traductores, consultores o creadores de contenido.
En los últimos años, este estilo de vida ha generado una demanda creciente de visados específicos que permitan residir temporalmente en países atractivos como España, Portugal, México o Tailandia.
¿Qué vías existen actualmente en España para regularizar su situación?
Desde la entrada en vigor de la Ley 28/2022, de fomento del ecosistema de las empresas emergentes (Ley de Startups), se ha habilitado una autorización específica de residencia para teletrabajo internacional. Esta figura jurídica, desarrollada por el Reglamento de Extranjería, permite que ciudadanos extracomunitarios trabajen en remoto para empresas extranjeras mientras residen legalmente en España.
Requisitos principales del visado para nómadas digitales:
– No residir en España de forma irregular en el momento de la solicitud (salvo excepciones para cambios de estatus desde visados previos).
– Acreditar una relación laboral o profesional estable con una empresa extranjera.
– Demostrar una actividad profesional continuada desde al menos un año.
Contar con formación universitaria o experiencia profesional equivalente (mínimo 3 años).
– Disponer de medios económicos suficientes, generalmente el 200% del SMI (unos 2.520 €/mes en 2025).
– Presentar certificados de antecedentes penales del país de origen y de residencia de los últimos cinco años.
– Contratar un seguro de salud privado con cobertura en España.
¿Qué modalidades contempla el nuevo Reglamento?
La gran novedad que introduce el nuevo Reglamento de Extranjería, en línea con el desarrollo de la Ley de Startups, es que no solo permite el visado desde el país de origen, sino también la solicitud de residencia desde territorio español, si el solicitante se encuentra en situación regular.
Existen dos modalidades:
– Visado de teletrabajo internacional (hasta 1 año, prorrogable).
– Autorización de residencia para teletrabajo internacional (hasta 3 años, renovable por 2 más).
Ambas autorizaciones se tramitan ante la Unidad de Grandes Empresas y Colectivos Estratégicos (UGE-CE) y se benefician del silencio administrativo positivo a los 20 días hábiles, en virtud de la Ley 14/2013 de apoyo a los emprendedores.
Ventajas fiscales y administrativas
Uno de los grandes incentivos para los nómadas digitales que se establecen en España bajo esta figura es el régimen fiscal especial del IRNR (Impuesto sobre la Renta de No Residentes), que permite tributar a un tipo fijo del 24% durante los primeros cinco años, siempre que se cumplan determinados requisitos.
Asimismo, al tramitarse la autorización bajo el paraguas de la Ley de Emprendedores, los solicitantes disfrutan de procesos más rápidos, menos requisitos burocráticos y mayor seguridad jurídica.
Conclusión: oportunidad para España y para el talento global
La regulación de los nómadas digitales en España ya no es una entelequia. Con una legislación más clara, segura y competitiva, nuestro país se posiciona como uno de los destinos preferidos para este nuevo perfil de trabajador global.
No solo se trata de atraer talento, sino también de aprovechar una economía digital en expansión que puede dinamizar sectores como el inmobiliario, el turismo, los coworkings, las startups y la vida cultural de nuestras ciudades.
En este nuevo contexto, la abogacía debe estar preparada para ofrecer un asesoramiento integral, que combine extranjería, fiscalidad internacional y planificación personal y profesional.