La violencia filioparental (VFP), aunque está creciendo, sigue siendo una de las formas de violencia más invisibles en el ámbito familiar. Se refiere a situaciones donde adolescentes o jóvenes ejercen agresiones físicas, verbales o emocionales hacia sus figuras de referencia, principalmente las madres, aunque también pueden ser los padres u otros cuidadores.
Con más de 20 años de experiencia en el manejo de esta problemática, en la Associació in via hemos desarrollado el Proyecto OLIVIA, una iniciativa especializada para atender a familias que enfrentan situaciones de VFP. Este proyecto se ha consolidado como un referente terapéutico en el territorio catalán.
Una violencia que muchas veces permanece en silencio
El tabú y la vergüenza social dificultan el reconocimiento y visibilidad de la VFP. Muchas familias ocultan el conflicto por temor a ser juzgadas, lo que lleva a que busquen ayuda solo cuando la situación ya está muy avanzada. La experiencia del Proyecto OLIVIA revela que estos casos no son aislados, sino que responden a dinámicas familiares complejas, a menudo influenciadas por la violencia de género, la falta de límites claros o la ausencia de acuerdos parentales.
Según datos de 2024, el 70% de los jóvenes atendidos tienen más de 15 años, y en muchos casos se detecta un deterioro en la convivencia familiar, intentos de expulsión del hogar o intervenciones policiales previas. En este contexto, el Proyecto OLIVIA proporciona una respuesta integral que combina terapia individual y familiar, además de trabajo en red con otros recursos internos y externos.
El enfoque del proyecto
El Proyecto OLIVIA se basa en una intervención terapéutica sistémica y multidisciplinaria, que coloca a la persona en el centro, pero también toma en cuenta el sistema familiar en su totalidad. Además, incorpora una perspectiva de género interseccional, sensible a las discriminaciones que las familias pueden sufrir por motivos culturales, económicos o de género.
Perfiles y problemáticas
Hasta la fecha, el proyecto ha atendido a 96 familias y 183 personas. De ellas, casi la mitad son familias monomarentales, donde la participación del padre en el proceso terapéutico es muy desigual. En el 60% de los casos, el padre está ausente o no se involucra, lo que representa una gran carga emocional y funcional para las madres.
Los perfiles de las familias son diversos y se detecta una alta presencia de dinámicas relacionales problemáticas. Las dificultades más comunes incluyen:
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Comunicación violenta en la familia.
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Dificultades para establecer límites y normas apropiadas.
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Estilos parentales incoherentes o contradictorios.
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Falta de empatía y baja regulación emocional.
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Situaciones de violencia machista activa o pasada.
Es importante destacar que en un 42% de los casos existían antecedentes claros de violencia de género, y en un 64%, estos antecedentes también estaban presentes en la familia de origen de los progenitores, lo que sugiere una transmisión intergeneracional de la violencia.
La fuerza transformadora de la terapia
Uno de los pilares del proyecto es su compromiso con la transformación de las narrativas familiares. A través de la terapia, se busca que los progenitores retomen su rol educativo y emocional, y que los jóvenes puedan diferenciarse de manera saludable de sus figuras parentales. Cuando la corresponsabilidad se convierte en un aspecto fundamental dentro del proceso terapéutico, se logran mejoras significativas: reducción de la violencia, establecimiento de límites claros y reconocimiento mutuo dentro del núcleo familiar.
No obstante, los casos más graves suelen requerir procesos largos y complejos, con momentos de retroceso y resistencia. En estos casos, el trabajo en red y la derivación a otros recursos resultan esenciales.
Sensibilización y cambio social
En un contexto caracterizado por el aumento de los conflictos familiares y la obsolescencia de los modelos tradicionales de crianza, iniciativas como OLIVIA ofrecen una alternativa realista y empática para tratar el malestar familiar desde el respeto, la reparación y el empoderamiento.
Mirando hacia el futuro
La experiencia de OLIVIA demuestra que abordar la violencia filioparental no solo es posible, sino también necesario. Con recursos especializados, un enfoque sistémico y una perspectiva de género, es posible transformar dinámicas familiares disfuncionales y romper ciclos de violencia heredados.
Sin embargo, para que esto sea una realidad para todos, es necesario contar con más recursos y una mayor sensibilización social. Reconocer que los conflictos familiares pueden ser resueltos y buscar ayuda es un acto de responsabilidad colectiva, que representa el primer paso hacia la construcción de familias más saludables y cohesionadas.

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