Registrar el Impuesto de Sociedades entra en esa categoría de tareas que generan dudas. Pero no te preocupes: aquí te lo explico con claridad y ejemplos prácticos. Prepara boli y calculadora, ¡que arrancamos!
¿En qué consiste el Impuesto de Sociedades?
El Impuesto de Sociedades es un tributo que grava los beneficios obtenidos por empresas y otras entidades jurídicas. Es decir, si tu empresa genera ganancias, deberás rendir cuentas a Hacienda por esos resultados positivos.
Está regulado por la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, que establece los tipos impositivos, deducciones, incentivos fiscales y demás obligaciones.
Podríamos decir que es un “pariente” del IRPF: ambos se liquidan anualmente y se enfocan en gravar la obtención de rentas, aunque en contextos diferentes. Además de su función recaudatoria, el impuesto también se usa para incentivar determinadas actividades mediante beneficios fiscales.
Aunque el tipo general es del 25 %, existen tipos reducidos para pymes o entidades de reciente creación.
Para declararlo, se utiliza el modelo 200, que se presenta al cierre del ejercicio, junto con los pagos a cuenta que se hacen durante el año.
Diferencias permanentes y temporarias
Antes de registrar nada, debes distinguir entre dos tipos de ajustes:
- Diferencias permanentes: son gastos registrados contablemente que nunca serán fiscalmente deducibles. Por ejemplo, una sanción administrativa que contabilizas como gasto, pero que no puedes deducir en tu declaración. Esta diferencia es definitiva y se suma al resultado contable para calcular la base imponible.
- Diferencias temporarias: son ajustes que nacen de desfases entre criterios contables y fiscales, pero que se compensan con el tiempo. Por ejemplo, amortizar un activo en cinco años contables cuando fiscalmente puedes hacerlo en dos. Aunque al final se igualan, durante un tiempo generan diferencias.
Retenciones y pagos a cuenta
Dos conceptos esenciales a tener en cuenta:
- Retenciones a cuenta: son anticipos que tu empresa ya ha ingresado a Hacienda.
- Pagos fraccionados: son pagos obligatorios que se realizan durante el año fiscal, antes de presentar el modelo 200.
Estos importes se descuentan de la cuota del impuesto y pueden dar lugar a un importe a pagar o una devolución.
¿Cómo se calcula y registra contablemente?
La base imponible parte del resultado contable ajustado conforme a criterios fiscales. Para obtenerlo:
Suma:
- Gastos no deducibles (diferencias permanentes).
- Ingresos fiscalmente imputables pero no contables en ese ejercicio.
- Diferencias temporarias imponibles.
Resta:
- Gastos deducibles aún no contabilizados.
- Amortizaciones contables superiores a las deducibles fiscalmente.
- Bases imponibles negativas de ejercicios anteriores, si proceden.
Después se calculan:
- Cuota íntegra = base imponible × tipo impositivo.
- Cuota líquida = cuota íntegra − deducciones y bonificaciones.
- Cuota diferencial = cuota líquida − pagos a cuenta y retenciones.
Cuentas contables más utilizadas
Los principales registros contables del Impuesto de Sociedades son:
- 630 Impuesto sobre beneficios:
- 6300 Impuesto corriente.
- 6301 Impuesto diferido.
- 4752 Hacienda Pública, acreedora por Impuesto de Sociedades.
- 4709 Hacienda Pública, deudora por devolución.
- 473 Retenciones y pagos a cuenta.
- 474 Activos por impuesto diferido.
- 479 Pasivos por diferencias temporarias imponibles.
- 633 Ajustes negativos (disminución de activos diferidos / aumento de pasivos diferidos).
- 638 Ajustes positivos (aumento de activos diferidos / disminución de pasivos diferidos).
Al cierre del ejercicio, ajusta la cuenta 4752 para reflejar el importe final a ingresar o recuperar.
¿Demasiadas cuentas?
Es normal sentirse abrumado, pero no estás solo. El equipo de especialistas de Ayuda T Pymes puede ayudarte con la contabilización del Impuesto de Sociedades y otras obligaciones contables. ¡Consúltales sin compromiso!