El caso Nummaria y su impacto en la responsabilidad del asesor fiscal en España
La reciente resolución judicial del conocido caso Nummaria ha marcado un punto de inflexión en la forma en que se percibe la figura del asesor fiscal en nuestro país. Esta trama de evasión tributaria, de gran complejidad, nos deja valiosas enseñanzas sobre la ética profesional y los riesgos que entraña esta actividad.
¿En qué consistió el caso Nummaria?
Nos encontramos ante una estructura de fraude fiscal que funcionó entre los años 2010 y 2016, basada en un entramado internacional de sociedades interpuestas cuya finalidad era evitar el pago de impuestos en territorio español.
Principales implicados
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Ana Duato: La actriz fue absuelta tras demostrarse que no conocía las maniobras fiscales irregulares. Su defensa acreditó que había actuado bajo la confianza depositada en su asesor.
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Fernando Peña: Principal responsable del despacho Nummaria, ha sido condenado a 80 años de prisión por liderar y ejecutar el diseño del entramado defraudatorio.
Mecánica del fraude
El funcionamiento del esquema era tan sofisticado como intencionado: los ingresos generados por artistas y profesionales no se facturaban directamente, sino a través de sociedades pantalla, muchas de ellas ubicadas en el extranjero, sin estructura real.
Posteriormente, el dinero se canalizaba de regreso al contribuyente mediante préstamos ficticios, contratos simulados, reparto encubierto de beneficios o incluso litigios ficticios, todo ello con el objetivo de eludir el IRPF y el Impuesto sobre Sociedades.
La responsabilidad del asesor: aprendizajes clave
Una de las principales lecciones que nos deja este caso es la diferencia esencial entre desconocimiento e implicación activa. La responsabilidad del asesor fiscal no puede desligarse de su participación en el diseño y ejecución de estructuras opacas.
Reflexiones para el sector
La labor del asesor fiscal requiere una elevada responsabilidad técnica y ética. Las decisiones que tomamos afectan no solo a la situación económica de nuestros clientes, sino también a su seguridad jurídica. Este caso nos recuerda que diseñar una estrategia fiscal implica asumir plenamente sus consecuencias, sin excusas.
Más allá del caso: los riesgos inherentes a la profesión
Asesorar fiscalmente no es una actividad neutra: los errores pueden generar sanciones, y las malas prácticas pueden derivar en responsabilidad civil o incluso penal. Por ello, es imprescindible mantener un conocimiento actualizado de la normativa, actuar con la máxima diligencia y guiarse siempre por criterios éticos.
Ética y límites en la planificación fiscal
La sentencia pone en evidencia que no todo vale a la hora de planificar fiscalmente. El límite entre la planificación legítima y el fraude debe estar siempre presente en nuestra práctica profesional. Traspasarlo pone en peligro a nuestros clientes, nuestra reputación y nuestra libertad.
Lecciones finales del caso Nummaria
Esta resolución judicial constituye un aviso claro: la responsabilidad del asesor no es delegable. El compromiso ético y legal debe ser la base de cualquier actuación profesional.
Cada estructura que propongamos debe cumplir no solo con la normativa vigente, sino también con los principios de transparencia, veracidad y rigor profesional.
Solo un asesoramiento honesto y técnicamente solvente garantizará la sostenibilidad de nuestra actividad a largo plazo.