El auge reciente en los mercados de valores de la industria de la inteligencia artificial ha motivado a una amplia gama de compañías, tanto grandes como pequeñas, así como a inversores de todo tipo, desde minoristas hasta institucionales, a capitalizar la tendencia emergente y generar beneficios económicos a partir de ella. Este interés ha contribuido a un incremento del Nasdaq 100 de más del 48% en el último año.

No obstante, en muchas situaciones, la implementación de tecnología de inteligencia artificial no representa la única ni la mejor opción para el crecimiento empresarial. Para comprender cómo maximizar los beneficios de este avance tecnológico, es crucial analizar la cadena de valor de la industria. Al igual que en otros sectores económicos, esta industria se puede segmentar en dos categorías principales: productores y consumidores.

En la categoría de productores, identificamos dos áreas principales. Por un lado, están los proveedores de hardware, siendo Nvidia un ejemplo prominente cuyas unidades de procesamiento gráfico (GPUs) son esenciales para el desarrollo de algoritmos de aprendizaje profundo a gran escala. Por otro lado, encontramos a los proveedores de soluciones y software, como los modelos de lenguaje avanzados (por ejemplo, ChatGPT de Microsoft o Gemini de Google).

Es crucial reconocer que estos casos son los más destacados y donde los inversores ya han marcado su posición, logrando avances significativos en el último año (Nvidia con un +235% y Microsoft con un +64%, en comparación con el +27% del S&P 500), llevando a valoraciones altamente exigentes, con Nvidia valorada en 66 veces sus ganancias y Microsoft en 37, en contraste con las 21 veces del S&P. Por ello, es recomendable explorar también otros sectores o acciones igualmente importantes.

Un área a considerar es la fabricación de GPUs, donde Nvidia actúa principalmente como diseñador y depende de otras compañías para la producción, siendo TSMC el líder indiscutible en este campo, con una valoración más atractiva, aproximadamente 20 veces sus ganancias. Además, los fabricantes de chips dependen críticamente de equipos especializados. En Europa, ASML es bien conocido por sus sistemas de fotolitografía, pero existen otros jugadores importantes como ASM, cuyas tecnologías para el procesamiento de obleas de silicio serán cada vez más cruciales.

Desde la perspectiva del consumidor, es esencial considerar cómo se implementarán las soluciones de IA en su propuesta de valor. Las empresas se pueden clasificar en dos grupos: aquellos con una estrategia definida para la integración de IA en su propuesta de valor y los que no la tienen. Es claro que el enfoque debería estar en el segundo grupo. Sin embargo, esto es solo un requisito inicial.

Un factor crucial adicional es la rentabilidad, no solo absoluta sino también relativa, ya que la historia ha demostrado cómo la adopción de innovaciones tecnológicas puede desplazar negocios existentes más lucrativos, como sucedió con la transición de la fotografía analógica a la digital. La inteligencia artificial será un elemento transformador, y algunos de los futuros líderes ya son evidentes. Aún así, permanecen oportunidades menos visibles para aprovechar esta tendencia imparable.

Fte: Artículo de César Gimeno, gestor de MAPFRE AM.