Fraudes digitales con bancos: ¿realmente la culpa es del cliente?

Imagina esta escena. Llega un SMS de tu banco: mismo nombre, mismo tono, misma estética. Un mensaje urgente. Accedes al enlace, introduces tus datos… y, minutos después, tu cuenta ha sido vaciada.

Acudes de inmediato a tu entidad bancaria y te encuentras con un discurso conocido: “lo autorizó usted”, “no podemos hacer nada”, “la operación fue validada desde su dispositivo”. Sales con la cuenta temblando y la sensación de indefensión instalada en el cuerpo.

Sin embargo, la realidad jurídica es más compleja.

¿Es siempre responsabilidad del cliente?

En los últimos meses, cada vez más resoluciones judiciales están empezando a cuestionar la postura tradicional de las entidades financieras. Y lo hacen sobre la base de tres ideas clave:

1. Fallos en los sistemas de verificación.
Muchos casos revelan que los protocolos de seguridad no fueron capaces de detectar accesos irregulares o patrones de fraude conocidos.

2. Falta de prueba sobre la autorización válida del cliente.
Los bancos deben acreditar que la operación fue realmente ordenada o validada por el usuario, no simplemente presumirlo.

3. La posición de debilidad del consumidor.
No puede cargarse sistemáticamente sobre el cliente la responsabilidad de sofisticados fraudes digitales que superan la diligencia media exigible a cualquier usuario.

Un ecosistema digital que obliga a reforzar garantías

Vivimos en un entorno donde los delitos informáticos evolucionan de manera constante. La protección al usuario no puede basarse en viejos esquemas de responsabilidad, sino en sistemas de seguridad robustos, actualizados y proporcionados a la magnitud del riesgo.

Los tribunales están empezando a reconocer esta realidad y a exigir a las entidades una diligencia reforzada.

¿Te ha ocurrido algo similar?

Si crees que tu banco no actuó como debía o quieres revisar tu caso, puedes contactarme. La defensa del consumidor también se ejerce frente a algoritmos, plataformas y sistemas automatizados.