Des de Palestina hasta el Congo, des de Sudán hasta cualquier rincón del mundo, los derechos humanos no tienen fronteras

La Associació in via, como entidad que lucha por la garantía efectiva de los derechos humanos, se ha sumado a la huelga general convocada este 15 de octubre en apoyo al pueblo palestino.

La organización ha expresado su profunda preocupación y dolor ante las graves y continuadas vulneraciones de derechos humanos que tienen lugar actualmente en Palestina, el Congo, Sudán y otros territorios afectados por conflictos armados y crisis humanitarias.

Comprometida con la igualdad y la justicia social, la Associació in via condena todas las formas de violencia estructural, colonial y patriarcal que sostienen estos procesos y perpetúan un sistema global marcado por la desigualdad, la explotación y la impunidad. La entidad subraya que estas vulneraciones no son hechos aislados, sino el resultado de dinámicas históricas de colonización, extractivismo, racismo y desigualdades de poder que afectan gravemente a comunidades enteras, especialmente a mujeres, infancia y otros colectivos vulnerabilizados.

Asimismo, la organización reafirma su compromiso con una mirada feminista, interseccional y anticolonial, que sitúe la defensa de los derechos humanos universales y la justicia global en el centro de su acción social. Defiende el derecho de los pueblos a una vida digna, a la libertad y a la autodeterminación, y hace un llamamiento a la comunidad internacional para garantizar el cumplimiento del derecho internacional humanitario, la protección de la población civil y el acceso a la ayuda humanitaria.

La Associació in via anima también a la sociedad civil a implicarse en iniciativas de solidaridad, educación y concienciación que promuevan la justicia social. Desde su ámbito de actuación, la entidad continuará trabajando para visibilizar las injusticias globales, fomentar una conciencia crítica y tejer alianzas solidarias que contribuyan a transformar las estructuras que generan violencia y desigualdad.

Finalmente, la organización defiende unos derechos humanos que trasciendan la declaración formal y se materialicen en políticas, prácticas y relaciones basadas en la justicia social, la descolonización y la transformación real de las desigualdades, con el objetivo de construir comunidades que pongan la vida, la libertad y la dignidad en el centro.