Aniversario del Estado de Alarma. El día que grandes personas se unieron para hacer algo grande.

Hoy se cumple un año del comienzo oficial de la pesadilla en la que todavía estamos inmersos, como un largo y fatídico sueño del que todos queremos despertar de una vez.

Hoy hace un año que nos enfrentábamos a un BOE que decretaba el estado de alarma en todo el territorio nacional a causa del Covid-19. Ese maldito bicho que cambió nuestras vidas, en el mejor de los casos, y truncó miles de ellas para siempre, en el peor.

Desde entonces hemos vivido un verdadero tsunami de emociones y sensaciones nuevas u olvidadas para la mayoría de nosotros, a causa del ajetreo cotidiano al que sometemos nuestras personas.

Aprendimos a vivir sin detalles tan pequeños que nunca nos habíamos percatado de su verdadera importancia para nuestra existencia, pero tan grandes y reconfortantes como un beso o un abrazo. Un apretón de manos mirando al otro, a cara descubierta y mostrándole con una amplia sonrisa que nos agrada su compañía.

Aprendimos que por muy lejos que llegue la humanidad unida, nuestras vidas individuales se sustentan en lo básico, en nuestro vecino, en el transportista que trae los alimentos al comercio de nuestro barrio y en los dependientes del supermercado donde nos abastecemos.

Aprendimos que por muy altos que sean los rascacielos que construyamos en las ciudades más caras, y por muchos miles de millones que acumulen los mejores fondos de inversión financieros, sin los transportistas, los sanitarios y los comerciantes de alimentación, todo dará igual, pues no podremos disfrutar ni del skyline de las grandes ciudades, ni del dinero ahorrado a lo largo de nuestras vidas.

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